Septiembre, vuelta de vacaciones y reencuentro con la actividad diaria, con el trabajo y la rutina. Se enseñan las "fotos" de las vacaciones, se cuenta lo bien que se lo ha pasado uno, etc...; sin embargo, nos topamos también con el día a día, con la crisis y con aquellos amigos que no han podido disfrutar de unos días de vacaciones, puesto que se encuentran de "vacaciones casi permanentes" (en el paro).
Comienza la cuesta de septiembre, posiblemente peor que la de enero, tras el periodo estival, normalmente cargado de algunos excesos, comienzan los gastos del colegio para los niños, las facturas pendientes de las vacaciones y los gastos extras del verano, también nos encontramos con la subida de la luz, la del butano y todos aquellos productos que han repuntado un poquito durante el verano pero que no nos hemos dado cuenta.
Y ahora también nos hemos encontrado con una huelga general convocada por los dos sindicatos mayoritarios. Posiblemente con el único deseo de permitir la "pataleta" a los trabajadores, pero sin ninguna otra ambición, por lo menos en relación a los trabajadores y posiblemente solo referida a sus propias reivindicaciones políticas. Por eso como sucede tras unas elecciones, todos han ganado... Todos? NO, seguramente los trabajadores no solo no han conseguido ganar nada de nada, sino que además también se encontrarán con una nueva "rebaja" de su salario cuando las empresas les apliquen la deducción por esa jornada de huelga.
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